viernes, 24 de agosto de 2007

Tony's grill('s) stube

La primera impresión de este restaurante puede ser desconcertante. Lo primero, es que no es un sitio fácil de encontrar, cerca del Metro Pio XII, pero una zona de callejuelas. Recomendamos ampliamente el uso de Google Maps para llegar...

El caso es que el restaurante, a pesar de tener una clara vocación cárnica, hace un popurrí de tex-mex con italiano, añadiendo pescado, lo cual no facilita al cliente hambriento la labor de elegir.

En nuestro caso, optamos por la carne y no se reveló mala elección.

Los entrantes, muy al estilo mexicano, se reparten en dos 'combos'. El segundo era más "vegetariano" y nos apetecía menos, pero el primero es el clásico: alitas de pollo, mozzarellas rebozadas, jalapeños también rebozados y patatas fritas. No muy grandes, pero eramos cuatro personas por fuente... con lo cual, tampoco es de extrañar que se terminaran pronto.

En cuanto a plato, como hemos dicho arriba, se optó por carnes. La parrillada, que es para dos personas, no es mala opción, ya que ofrece una degustación de toda la variedad: choricitos argentinos, salchicha de cerdo, costillas, y dos filetes, uno de pollo y el otro de carne vacuna (No de 'buey', como lo venden). Otra opción, que a la postre resultó popular (pocos fueron los comensales que no lo probaron) fue un chuletón de un kilo, que se cocinaba uno mismo en la mesa. Aparte de que tenía una pinta maravillosa, y venía presentado con sal gorda. Debía estar de vicio.

La alternativa 'de dieta' son las ensaladas, claro. Las hay variadas, y me aventuro a decir que la de cangrejo es la única un poquito más original. El resto suena ya a conocido.

Para el after, el lugar afirma tener unos Margaritas y Capirinhas destacables... les aconsejo que los prueben. Nosotros optamos por una opción más clásica: el postre. Un brownie, no como el del Hard Rock, pero con ánimo de parecerse, ya que se sirve con una bola de helado de Vainilla, y bien calentito. Entraba que daba gusto.

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Puntuación: 7/10
Precio: 25€/persona
Ubicación: Calle Menéndez Pidal, 27 Teléfono: 91 345 30 69
Parking/Aparcacoches: no.

martes, 14 de agosto de 2007

Restaurante Raíces (San Juan, PR)

Cerramos ya el breve inciso Borícua, a pesar de que hemos pasado un mesecito por estos lares, con un restaurante de cocina criolla, y orgulloso de serlo. Un restaurante con un bonito trasfondo histórico: sus dueños cuentan como empezaron con "ocho mesas y 10 $ en los bolsillos" en el pequeño pueblo de Caguas, donde aún mantienen el Raíces original, y como se expandieron a la crème de la crème en el Viejo San Juan.


A pesar de ser lunes, una fecha poco social, según nos contaba nuestro anfitrión, el local estaba a rebosar. Lo primero reseñable es el buen vestir de los camareros, ataviadas ellas con traje de negra caribeña -suerte de un vestido blanco, con un turbante del mismo color-, algo que me recordó, por cierto, los trajes típicos en Salvador de Bahía, en Brasil. Ellos con una camisa blanca, pantalón negro y tirantes. Todo ello con un sombrero de paja. Eso, para empezar.


Lo cierto es que la gran afluencia nos relegó rápidamente a la barra, donde Don Elwing, que no dejaba de sonreír, nos dejó patidifusos con su piña colada (realmente, deliciosa, tanto es así que mi prima no cambiaría de bebida durante la cena), y a los dos chicos que asistíamos con cerveza del país, Medalla. Esa misma afluencia reflejaría la desorganización del personal durante el resto de la noche, temo decir.


La cena, una vez aposentados, empezó bien. Decidimos, con buen criterio, elegir un menú degustación de los numerosos entrantes. Hay dos, y les recomendamos el segundo. En él encontrarán Alcapurrias, suerte de berenjena frita, bacalaítos, bolitas de Yuca (me recordaban al queso Ricotta), plátano frito, y Pionono, pescadito rebozado con un sabor dulce. No se lo pierdan, desde luego.


Como plato príncipal, y el error del personal fue colocarnoslos dos minutos después del primer manjar, elegimos unánimente el pollo criollo, aunque discrepamos en el acompañamiento. No caigan en mi tentación de hacerlo con patatas fritas, que eran más propias de un McDonalds que de un restaurante serio. Los otros comensales tuvieron a bien hacerlo con arroz y habas, el primero, y con mofongo, platano macho, el otro. No puedo decir, en conciencia, cual me gustaba más.


El pollo, por lo pronto, no estaba malo, y nos lo dieron con un toque de cebolla que le sentaba muy bien. Bastante ligero, dado lo pesado de la comida, y sabroso. Lo repito: la gracia está en saber escoger el acompañamiento.


Finalmente, y no sin dificultad, llegamos al postre. Nos dieron una pequeña desilusión porque no les quedaba de nuestra primera elección, un batido Borícua de tres leches. Así que pedimos unos casquitos de Guayaba -un membrillo de por aquí- con queso blanco, que estaba de sobresaliente alto. Realmente un boccato di cardinale para cerrar la cena.


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Puntuación: 8/10

Precio: Alrededor de 50 €/ persona

Ubicación: C/Recinto Sur nº 167

Telf.: 787-289-2121

Parking/aparcacoches: No -pero está situado enfrente de uno-.

domingo, 12 de agosto de 2007

Mesón Gallego / La Ceiba (San Juan, PR)

Al lado del tristemente cerrado Mesón Gallego, se sitúa la repostería que ha heredado la cocina y el carácter de auténtica embajada culinaria de España en la Isla del Encanto. La Ceiba es un sitio con un sabor evidentemente Boricua, ya que no deja de ser una respostería, un lugar de almuerzos, meriendas y desayunos, por lo que pudiera parecer extraño el visitarla para cenar, pero aún así, eran bien pocas las sillas sin ocupar, y eso siempre es buena señal.

No tardaríamos los comensales, unos seis, en descubrir las bondades del lugar. Lo primero es decir que acompañar las viandas con cerveza del país (Medalla), Heineken (muy popular, dentro de las importaciones) o vino blanco (Alvariño en este caso) fue una decisión acertada.

La comida es, rompiendo un poco con los parecidos locales, esencialmente de tapas. Lo primero que nos llegó fueron cuatro pedazos verdaderamente exquisitos de empanada. Una empanada de notable, con un hojaldre no muy seco, y atún en abundancia. Maravillosa.

Luego siguió una tortilla de patata que, bueno, tenía un pecado que no perdono, y es la cebolla. Cuando la pones, yo no es que sea chef, pero algo ocultas. Te ha faltado sabor. Era buena, entendamonos, pero he probado tortillas mejores. Pensábamos cerrar con una pequeña tapa de choricitos en vino, que nos gustaron. La verdad es que no podíamos intuir lo que seguía.

Nos las prometíamos muy felices, pero nos fallaron dos cosas: no había mollejas de ternera, un plato que a mi padre y a mi nos gusta por igual, y que Don Manolín, el Maitre, hizo acto de presencia, endiñando al personal una serie de platos más...

De entrada, unos mejillones 'Tigre' que verdareramente causaron furor. Ligeros y buenos. Absolutamente irrepetibles, no hay duda. Pero lo que nos gustó más fue una tapita de lomos de salmón. Decir que eran maravillosos es quedarse corto. Fueron, posiblemente, lo mejor de la noche.

Para más inri, el Maitre y el propietario, no iban a dejarnos ir tan fácilmente. Ya medio muertos, aterrizaron en la mesa raciones de jamón, gambitas en salpicón, y Pulpo..........Tela marinera.

El Jamón, estaba de 6. No es muy extraño, porque importar jamón a Puerto Rico no es tarea fácil. De acuerdo. El pulpo, que ya no nos entraba, estaba bien. Las gambas lo mismo, pero es que ya estabamos en un nivel tal de saturación, que no las habríamos disfrutado tan poco, de habernos quedado hambre.

Una noche, enfin, que va a ser recordada por la abundancia.

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Puntuación: 7,5
Precio: 20 $ / persona (incluye 20% de propina)
Ubicación: Avda. Roosevelt 1247
Tarjetas: Sí
Párking: propio.
Cierre: Horario habitual toda la semana