domingo, 9 de diciembre de 2007

Restaurante Plaza Mayor (Cuenca)

Para empezar con el pie derecho una visita a Cuenca, lo primero es patearse la catedral. Gótica, una de los tesoros arquitectónicos que guarda nuestro país, y las preciosas casas colgantes (con visita más que obligada al Museo de la Fundación Juan March). El turismo de la ciudad manchega es, para colmo de bienes, extremamente competitivo, y le saldrá, como dice la expresión castiza, "por dos duros".

Pero tras una mañana de turista/crítico de arte frustrado, la elección a primeras de un restaurante en el casco antiguo de Cuenca no parece tarea fácil. existe una concentración de establecimientos que puede provocar desconcierto.

Nuestra elección parecía de las mejores y no salimos defraudados. Lo más apetecible, dado el entorno, era una buena carne. Todo es igualmente sugerente: cordero, cochifrito, o bistec. El parrillero es de mano experta, y eso se notaba. La carne fue precedida, eso sí, por un manchego en aceite que hacía honor a su tierra, y una ventresca que estaba maravillosamente aliñada, y se hacía querer muy bien.

Y me quedé con ganas de probar un caldito Manchego, pero el día, soleado y apacible, no acompañaba.

El segundo acto de la comida entró pues con unas carnes verdaderamente bien preparadas. Un cochifrito, hablo desde la experiencia, con su piel bien crujiente, y en cambio una carne suave. Suave y sabrosa, como la del cordero que se ganó el aplauso de sus desgustadores. El bistec por el que optó un tercero no tenía mala pinta, aunque yo lo vi algo escaso. El todo acompañado de unas patatas fritas que sí, muy buenas, pero que noté algo escasas.

Como telón, se puede cerrar la comida con unas natillas, que son caseras.

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Puntuación: 7,5/10
Precio: 30€/ persona
Ubicación: Plaza Mayor nº 5. Cuenca

sábado, 17 de noviembre de 2007

"Lastresmanolas" de tapas por el barrio de los Austrias

No os vamos a mentir: en Lastresmanolas se come también en plan restaurante. Pero lo nuestro, últimamente, vienen siendo las tapas. Y la verdad que tapas como las de este sitio, no puedo recordarlas. Más que 'tapas', en sentido estricto, podríamos definirlos como canapés.

Voy a detenerme en el primero que probamos, porque, desde luego, puede ganarse partidarios: sobrasada con huevo de Codorniz. Todo ello sobre un fino pan de baguette. El sabor, indescriptiblemente bueno. Temo ser parcial, y es que la yema del huevo frito normal, ya es algo que me apasiona. Si adaptamos a ello lo reducido de un huevo frito de codorniz, que es más pequeño, y le añadimos un complemento ideal, como es la textura de la sobrasada, obtenemos una tapa que es, verdaderamente, de campeonato. Desde luego, se lleva la palma de esta entrega.

Otra tapa, o canapé, reseñable, fue la de jamón ibérico con queso semicurado. Buena textura del jamón, aunque no siendo entendedor, no me atrevería a decir si era del bueno o no, pero desde luego la combinación resultó exquisita.

No tan magistral, pero igualmente delicioso, terminó siendo el canapé de jamón con bacon y espárragos trigueños, que, a pesar de parecer un poco cargado, estaba bien compensado, y se lleva una digna medalla de bronce.

El que casi resulta defraudante, pero ojo, en comparación con los otros, fue el canapé de atún con mostaza picante. Buena dósis de Bonito, de acuerdo, pero escaso de mostaza, o por lo menos de picante. Se lo esperaba distinto, aunque fue su gusto suavecito, desde luego, vino bien para cerrar el almuerzo.


Hay que añadir un apéndice a esta entrega: los postres, que cayeron en otro sitio, los maravillosos panqueques con chocolate o Dulce de leche, en la Taquería del Alamillo, que comentaremos... en próximas ocasiones.
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Puntuación: 9/10
Precio: 10€/persona
Ubicación: C/ Vergara 14 Teléfono: +34 915401890
Parking/Aparcacoches: no.

viernes, 16 de noviembre de 2007

El Tigre

En Chueca hay más de un rincón más que genuino para almorzar. Todo lo infrecuentable que pueda ser de noche, el barrio es una ventana gastronómica que no se debe subestimar, de día. Y buena prueba de ello es una sidrería con vocación de bar de tapas. Y qué tapas...

Vamos a atrevernos a hacer una estimación poco usual: la de los comensales ideales, para que estemos a gusto, y que podamos comer sin dejar platos enteros... Nuestro número ideal es entre tres y cinco, desde luego. El local es poco espacioso, como habrán adivinado, y en cambio las raciones son abundantes. Se puede comer sentado pero... eso ya no tiene tanta gracia, si lo que estamos es de tapeo.

En esta ocasión hicimos caso de nuestro 'anfitrión' (un camarero al que le da por llamar 'gordito' a todo el que se tercie, ándese con cuidado) y pedimos una ración de queso semicurado, que resultó muy suave para lo que suelen ser esta clase de quesos, y una ración de albóndigas, que se sirven con patatas, y una salsa de tomate en la que es virtualmente imposible no lanzarse a navegar con algún "barquito". Mucho cuidado con no naufragar.

El precio es extremamente asequible, pero les advierto que donde se recupera es en bebidas. Dos jarras de cerveza se cobran a precios de bar de copas, lo cual, dado el tamaño de las raciones, se lo perdonaremos por esta vez.

Ah, y si quieren postre, no cuenten con el lugar. No será porque falten alrededor...


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Puntuación: 7/10
Precio: 8€/persona
Ubicación: C/ Infantas, 30 Teléfono: 915320072
Parking/Aparcacoches: no.


viernes, 24 de agosto de 2007

Tony's grill('s) stube

La primera impresión de este restaurante puede ser desconcertante. Lo primero, es que no es un sitio fácil de encontrar, cerca del Metro Pio XII, pero una zona de callejuelas. Recomendamos ampliamente el uso de Google Maps para llegar...

El caso es que el restaurante, a pesar de tener una clara vocación cárnica, hace un popurrí de tex-mex con italiano, añadiendo pescado, lo cual no facilita al cliente hambriento la labor de elegir.

En nuestro caso, optamos por la carne y no se reveló mala elección.

Los entrantes, muy al estilo mexicano, se reparten en dos 'combos'. El segundo era más "vegetariano" y nos apetecía menos, pero el primero es el clásico: alitas de pollo, mozzarellas rebozadas, jalapeños también rebozados y patatas fritas. No muy grandes, pero eramos cuatro personas por fuente... con lo cual, tampoco es de extrañar que se terminaran pronto.

En cuanto a plato, como hemos dicho arriba, se optó por carnes. La parrillada, que es para dos personas, no es mala opción, ya que ofrece una degustación de toda la variedad: choricitos argentinos, salchicha de cerdo, costillas, y dos filetes, uno de pollo y el otro de carne vacuna (No de 'buey', como lo venden). Otra opción, que a la postre resultó popular (pocos fueron los comensales que no lo probaron) fue un chuletón de un kilo, que se cocinaba uno mismo en la mesa. Aparte de que tenía una pinta maravillosa, y venía presentado con sal gorda. Debía estar de vicio.

La alternativa 'de dieta' son las ensaladas, claro. Las hay variadas, y me aventuro a decir que la de cangrejo es la única un poquito más original. El resto suena ya a conocido.

Para el after, el lugar afirma tener unos Margaritas y Capirinhas destacables... les aconsejo que los prueben. Nosotros optamos por una opción más clásica: el postre. Un brownie, no como el del Hard Rock, pero con ánimo de parecerse, ya que se sirve con una bola de helado de Vainilla, y bien calentito. Entraba que daba gusto.

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Puntuación: 7/10
Precio: 25€/persona
Ubicación: Calle Menéndez Pidal, 27 Teléfono: 91 345 30 69
Parking/Aparcacoches: no.

martes, 14 de agosto de 2007

Restaurante Raíces (San Juan, PR)

Cerramos ya el breve inciso Borícua, a pesar de que hemos pasado un mesecito por estos lares, con un restaurante de cocina criolla, y orgulloso de serlo. Un restaurante con un bonito trasfondo histórico: sus dueños cuentan como empezaron con "ocho mesas y 10 $ en los bolsillos" en el pequeño pueblo de Caguas, donde aún mantienen el Raíces original, y como se expandieron a la crème de la crème en el Viejo San Juan.


A pesar de ser lunes, una fecha poco social, según nos contaba nuestro anfitrión, el local estaba a rebosar. Lo primero reseñable es el buen vestir de los camareros, ataviadas ellas con traje de negra caribeña -suerte de un vestido blanco, con un turbante del mismo color-, algo que me recordó, por cierto, los trajes típicos en Salvador de Bahía, en Brasil. Ellos con una camisa blanca, pantalón negro y tirantes. Todo ello con un sombrero de paja. Eso, para empezar.


Lo cierto es que la gran afluencia nos relegó rápidamente a la barra, donde Don Elwing, que no dejaba de sonreír, nos dejó patidifusos con su piña colada (realmente, deliciosa, tanto es así que mi prima no cambiaría de bebida durante la cena), y a los dos chicos que asistíamos con cerveza del país, Medalla. Esa misma afluencia reflejaría la desorganización del personal durante el resto de la noche, temo decir.


La cena, una vez aposentados, empezó bien. Decidimos, con buen criterio, elegir un menú degustación de los numerosos entrantes. Hay dos, y les recomendamos el segundo. En él encontrarán Alcapurrias, suerte de berenjena frita, bacalaítos, bolitas de Yuca (me recordaban al queso Ricotta), plátano frito, y Pionono, pescadito rebozado con un sabor dulce. No se lo pierdan, desde luego.


Como plato príncipal, y el error del personal fue colocarnoslos dos minutos después del primer manjar, elegimos unánimente el pollo criollo, aunque discrepamos en el acompañamiento. No caigan en mi tentación de hacerlo con patatas fritas, que eran más propias de un McDonalds que de un restaurante serio. Los otros comensales tuvieron a bien hacerlo con arroz y habas, el primero, y con mofongo, platano macho, el otro. No puedo decir, en conciencia, cual me gustaba más.


El pollo, por lo pronto, no estaba malo, y nos lo dieron con un toque de cebolla que le sentaba muy bien. Bastante ligero, dado lo pesado de la comida, y sabroso. Lo repito: la gracia está en saber escoger el acompañamiento.


Finalmente, y no sin dificultad, llegamos al postre. Nos dieron una pequeña desilusión porque no les quedaba de nuestra primera elección, un batido Borícua de tres leches. Así que pedimos unos casquitos de Guayaba -un membrillo de por aquí- con queso blanco, que estaba de sobresaliente alto. Realmente un boccato di cardinale para cerrar la cena.


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Puntuación: 8/10

Precio: Alrededor de 50 €/ persona

Ubicación: C/Recinto Sur nº 167

Telf.: 787-289-2121

Parking/aparcacoches: No -pero está situado enfrente de uno-.

domingo, 12 de agosto de 2007

Mesón Gallego / La Ceiba (San Juan, PR)

Al lado del tristemente cerrado Mesón Gallego, se sitúa la repostería que ha heredado la cocina y el carácter de auténtica embajada culinaria de España en la Isla del Encanto. La Ceiba es un sitio con un sabor evidentemente Boricua, ya que no deja de ser una respostería, un lugar de almuerzos, meriendas y desayunos, por lo que pudiera parecer extraño el visitarla para cenar, pero aún así, eran bien pocas las sillas sin ocupar, y eso siempre es buena señal.

No tardaríamos los comensales, unos seis, en descubrir las bondades del lugar. Lo primero es decir que acompañar las viandas con cerveza del país (Medalla), Heineken (muy popular, dentro de las importaciones) o vino blanco (Alvariño en este caso) fue una decisión acertada.

La comida es, rompiendo un poco con los parecidos locales, esencialmente de tapas. Lo primero que nos llegó fueron cuatro pedazos verdaderamente exquisitos de empanada. Una empanada de notable, con un hojaldre no muy seco, y atún en abundancia. Maravillosa.

Luego siguió una tortilla de patata que, bueno, tenía un pecado que no perdono, y es la cebolla. Cuando la pones, yo no es que sea chef, pero algo ocultas. Te ha faltado sabor. Era buena, entendamonos, pero he probado tortillas mejores. Pensábamos cerrar con una pequeña tapa de choricitos en vino, que nos gustaron. La verdad es que no podíamos intuir lo que seguía.

Nos las prometíamos muy felices, pero nos fallaron dos cosas: no había mollejas de ternera, un plato que a mi padre y a mi nos gusta por igual, y que Don Manolín, el Maitre, hizo acto de presencia, endiñando al personal una serie de platos más...

De entrada, unos mejillones 'Tigre' que verdareramente causaron furor. Ligeros y buenos. Absolutamente irrepetibles, no hay duda. Pero lo que nos gustó más fue una tapita de lomos de salmón. Decir que eran maravillosos es quedarse corto. Fueron, posiblemente, lo mejor de la noche.

Para más inri, el Maitre y el propietario, no iban a dejarnos ir tan fácilmente. Ya medio muertos, aterrizaron en la mesa raciones de jamón, gambitas en salpicón, y Pulpo..........Tela marinera.

El Jamón, estaba de 6. No es muy extraño, porque importar jamón a Puerto Rico no es tarea fácil. De acuerdo. El pulpo, que ya no nos entraba, estaba bien. Las gambas lo mismo, pero es que ya estabamos en un nivel tal de saturación, que no las habríamos disfrutado tan poco, de habernos quedado hambre.

Una noche, enfin, que va a ser recordada por la abundancia.

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Puntuación: 7,5
Precio: 20 $ / persona (incluye 20% de propina)
Ubicación: Avda. Roosevelt 1247
Tarjetas: Sí
Párking: propio.
Cierre: Horario habitual toda la semana

miércoles, 11 de julio de 2007

Restaurante El Senador

El centro de Madrid pulula de estas pequeñas perlas escondidas, restarantes de muy buena calidad escondidos en las pequeñas calles, como en este caso, del barrio de Opera. Este local rinde además homenaje a sus principales clientes, ya que el edificio del Senado no está muy lejos. Su Maitre, Don Ángel les dirá, sin cortarse un pelo, que tienen "el mejor cordero y cochinillo de Madrid", y vaya si llevan razón...



Lo cierto es que no podía estar mejor acompañado en esta ocasión. Dos tias mias, benefactoras y empresarias, me acompañaron en un buen desfile culinario.



Empezamos con una ensalada "Tres hojas", que además de hojas y aceite tenía Mozzarella, Bacon, y tomates Cherry, lo que abría boca bastante bien. A eso le siguieron unas gambas al ajillo, que todo hay que decirlo, no fueron el fuerte. Un poco escasas, y es un plato que no da pie a mucha creatividad, tampoco. La rueda de aperitivos se cerró con un pincho de morcilla que, en cambio, estaban espectaculares. Adornadas además con patatitas paja que estaban, literalmente, para mojar pan.



El plato fuerte, como ya recomendaba D. Ángel, era el cordero. Espectacular es poco. Un cordero hecho como los mejores maestros segovianos. Tierno pero de piel crujiente, lo que es, a la postre, un señor cordero.

Huelga decir que no pudimos acabarlo...



Por lo menos el postre alivió un poco: un sorbete de limón

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Puntuación: 8/10
Precio: Alrededor de 50 €/ persona
Ubicación: Plaza de la Marina nº2
Tarjetas: Sí
Parking/aparcacoches: Sí
Cierre: Domingo Noche.

viernes, 6 de julio de 2007

Hard Rock Café Madrid

Pocos sitios en Madrid pueden reunir a tanta gente. Lo cierto es que el HRC supera el modelo americano de 'restaurante familiar' sin llegar tampoco al mal gusto de cadenas como 'Hooters', al tiempo que ofrece un menú variado en entrantes, hamburguesas, costillares, sandwiches y ensaladas y, por supuesto, postres. Ideal para una cena entre amigos, lo que tiene garantizado es diversión y un ambiente rockero a más no poder. Es sin duda para gritar "Rock n' Roll!"



Si nos centramos en el plano estrictamente culinario, el HRC es el deleite de los amantes del picante. Prácticamente todos los platos tienen opción a ser condimentados con una salsa a base de Tabasco, que el chef denomina 'Heavy Metal', y no es para menos. Normalmente, va a tener que elegir: no va a poder disfrutar de entrantes y postre, por la sencilla razón de copiosidad de los platos.



Esta vez elegimos los 'Tupelo Chicken tenders', por un homenaje al Rey del Rock. Muy ricos, con salsas de Blue Cheese, por un lado, y Barbacoa por otro. Esta vez renunciamos al picante. A pesar de lo tentador que resultaba un costillar también fuimos (casi) unánimes en pedir hamburguesas. Ojo, que la carne es especial. No me extrañaría que el proveedor fuera argentino, porque es verdaderamente la segunda mejor de Madrid (la primera es Alfredo's, aunque confieso que hablo de oidas). Carne, por supuesto, a su gusto, como debe de ser, y unas patatas de guarnición que se hacían querer al gusto.



Y milagrosamente, llegamos al postre. Y ahí sí les aseguro que es el mejor de su categoría: el Brownie del Hard Rock no tiene igual. Y no lo tiene por todo lo que lleva, lo que inevitablemente implica que no menos de dos personas pueden tomarlo. A la fórmula básica de la tarta Brownie añadan un sirope de chocolate caliente, nata montada a borbotones, nuez moscada y una guinda... Sencillamente, tocas el cielo.



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PUNTUACIÓN:
Comida: 7/10
Atención: 7/10
Precio: Alrededor de 20 euros/persona

sábado, 30 de junio de 2007

La calidad y el buen comer, nuestra razón de ser

Muy buenas y muy bienvenidos a este blog, de inspiración literaria-gastronómica en la que les vamos a contar nuestras pequeñas aventuras culinarias desde julio de 2007 en adelante.

Mi nombre es Miguel Vinuesa y además de editar este blog, edito el noticioso Weekend Update, y el blog del restaurante madrileño Genoveva de Barri. Soy un apasionado de los restaurantes y no hay viaje que haga en el que no visite uno.

Nuestras tropelías comienzan en Madrid, pero sin previo aviso les iremos informando de nuestras aventuras en este ancho mundo. Trataremos, en la medida de lo posible, de adjuntar fotos, mapas y los datos necesarios para que ustedes se recreen en la experiencia culinaria que compartiremos.

Sin más que añadir, les saluda con un "¡que aproveche!"

Miguel Vinuesa