sábado, 3 de mayo de 2008

Restaurante "La Isla"

La Sierra de Madrid esconde algún que otro tesoro maravilloso entre sus bosques, y puertos. A unos 2.000 metros de altura, tras el pueblo de Rascafría, se encuentra el Restaurante "La Isla", apacible lugar que bien merece una visita, si acompaña el buen tiempo primaveral que acompaña durante este puente. Un pequeño restaurante, al que se llega tras cruzar un pequeño puente de madera, y que tiene un jardín estupendo, que en horas de sol es verdaderamente un sitio apacible, donde no se puede estar mejor.

El restaurante tiene una especialidad en comidas caseras que no van a defraudar a nadie. Y para los más interesados en vino, podemos recomendar el Cune -cosecha 2004- que tomamos en esta ocasión.

Empezamos pues a comer, con unos entrantes exquisitos: muy recomendables los choricitos y la morcilla fritos. Con un toque de brasa que hacía que se deshicieran en la boca. Riquísimos. También me gustaron las croquetas caseras, de jamón por supuesto, que aparte de un buen tamaño, tenían un buen sabor, ya que no estaban saladas en exceso. Más morcilla se tomó con un revuelto con piñones, que estaba rico, rico, como diría un cocinero vascongado. Ya me gustó un poco menos una sopa de judiones que estaba buena, sí, aunque mi aprecio por ese producto de la tierra no es el mejor.

Tras este festín de entrantes cualquiera pensaría que habríamos terminado... Nada más lejos. En ese momento es cuando empezaba la acción: habíamos pedido la especialidad de la casa, un Chuletón de alrededor de un kilo. Daba miedo verlo, pero no tanto comérselo. Hay que reconocer que no conocía la carne de la sierra. Su textura era estupenda, y el punto era jugoso, por lo que no cansaba, como el tamaño podría inducir a creer.

Fue fatigoso, pero al final todos los comensales pudimos con nuestros chuletones sin mucho esfuerzo. Tuvimos hasta sitio para el postre, en las que no hubo quorum: unos optamos por el arroz con leche (bueno, pero como el de casa no hay otro, temo decir), otros eligieron la tarta de queso con mermelada de arándanos, que tenía una pinta bárbara, y el último por unas natillas caseras, con galleta María y todo.

Lo más sorprendente: el precio. Para todo lo que comimos, fue regalado, si además incluimos un vino como el Cune, que dentro de los riojanos, combina bien la calidad con el precio. Aunque lo mejor de todo es probablemente respirar el aire de la Sierra, lo más gratificante del viaje.

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Puntuación: 9,5
Precio: 32 por persona
Ubicación: Ctra Rascafría - Pto. de Cotos Km. 31,800, Rascafría
Teléfono: 639 337 747 / 680 461 328

jueves, 10 de abril de 2008

La Vaca Argentina (López de Hoyos 42)

Hay cabestros que no dicen ni mú, y otros que, en cambio, se dejan querer muy bien. La ocasión de saludar a un amigo, y a los compañeros de un anterior trabajo, fue una ocasión perfecta para comerse un buen filetón.

Dado el elevado número de comensales, casi una docena, se llegaron a pedir hasta tres entradas: ventresca, choricitos argentinos -que se cortaron en rodajas- y un queso Provolone pasado un segundo por la parrilla que estaba de vicio. Muy recomendable además el vino de Toro que nos aconsejó el Maitre.

En cuanto a los platos, la gran mayoría optó por el "bife" de 200 gr. salvo el homenajeado que se zampó casi el solo un kilo de carne, que al final no fue tal (sospechamos que el peso incluía el plato). Como en otras parrillas similares, es gracioso poder hacerte la carne en la misma mesa, pero más allá, la cantidad siempre es traicionera. También hubo otras disidencias, como pedir un filete a la pimienta y otro con salsa de cabrales. Debía de estar bueno, pero qué indigesto... Aunque nadie optó por ellas, las pastas eran bastante apetecibles, y es vox populi que no son nada malas.

En las guarniciones hubo que hacer doblete de patatas. Dos pequeñas fuentes no dieron abasto de los muchos comensales, y otro -gran- gourmet presente prácticamente se quedó sin ellas cuando se las pasaron. También se pidieron unos pimientos que estaban salados en su punto justo. Deliciosos.

En el apartado de los postres, el helado fue el rey. En sus diversas variedades, se lo presenta muy bien, y saborea aún mejor.

Mención también para la atención, que fue extraordinaria, aún para tantos comensales.

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Puntuación: 8,5
Precio: Alrededor de 45€ por persona
Ubicación: López de Hoyos 42, hay aparcacoches y no hay barreras arquitectónicas
Teléfono: 91 563 14 85

viernes, 7 de marzo de 2008

Restaurante Chin Chin Grill

Este restaurante cercano al tanatorio de la M-30 y a la (un poco) menos conocida redacción de El Economista, tiene un pequeño problema. No es la cocina oriental y un poco en plan "fusión", no es el ambiente del local que, todo lo contrario, es bastante simpático, pero el servicio... AY, qué servicio...


Quiero puntualizar una cosa: no es el primer "chino" en el que como (y el entrecomillado no es casual). He comido en otros y he sido tratado infinitamente mejor. Será que he ido a caer en el peor. El caso es que es una pena, porque la comida estaba más que presentable y hasta de un normalmente deslucido pollo al limón le sacan una buena presentación. Definitivamente, el problema de este sitio es de cocina para afuera. No se puede recibir a un par de comensales poco mejor que a tortas, preguntando tres veces en menos de cinco minutos sólo por la bebida. Menos mal que luego se calmaron cuando vieron que, efectivamente, comíamos como el resto de la gente.


Íbamos con el tiempo un poco en contra, así que optamos por lo fácil, el menú del día por 10,50 €, con diversas opciones. En los entrantes hubo unanimidad: ambos pedimos rollitos vietnamitas (que son de pollo), y diferimos luego en el plato principal, ya que yo pedí el buey caramelizado, que estaba verdaderamente de vicio, y mi compañero de faenas el ya citado pollo al limón.


Volviendo a meterme con el camarero, será mejor que dejen los cubiertos sobre la mesa en todo momento. No me los pusieron por sombrero al retirar el plato de entrantes de milagro. El segundo plato, como venía siendo el anterior, exquisito. Unas tiras de buey jugosas, y con un añadido que le daba el caramelo que le sentaba muy bien.


Y al final... café para todos.

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Puntuación
Precio: 10,5€/persona (menu)
C/ Torrelaguna 69. No hay obstáculos arquitectónicos.